sábado, 1 de diciembre de 2012

Mamá, soy lesbiana. ♀

Sabía que en la noche iba a salir. A pesar de que estaba castigada iba a ir una amiga a buscarme. Una de esas amigas que son santitas. Que aunque sean ultra reventadas tu mamá igual cree que son ángeles del Señorsh. 
Terminamos de tomarnos el té con mi mamá y salimos a fumar al patio delantero. No le había dicho nada sobre el carrete al que más tarde iría. Para mi suerte mi amiga pasó por afuera de la casa. Habló con mi mamá y fue cosa de que un par de palabras se asomaran y que ella dijera sí. No perdí más tiempo porque se podía arrepentir y salí de la casa pero primero me asegure de que aquella dama fuera al mismo carrete. Así iba a ser y así fue. 
Llegó como a la hora y como ella es tímida y yo soy pica' a tímida no hablamos mucho al comienzo. Avanzada la noche me senté a su lado y comenzamos a hablar, a tomar, a fumar. Recordaba la última vez que había estado en esa casa. Estaba volá y mi hombre patónico también lo estaba. No comimos y hueá. Recordaba otras cosas también con respecto a la situación, con respecto a ella, con respecto a sus amigos, amigas, la amiga. La amiga que también es mi amiga. 
Como a las 3 la llamó su mamá. Tenía que irse a la casa y como la casa del carrete, mi casa y su casa estaban cerca la fui a dejar. Me hice el caballero y la acompañé pero en realidad era porque sabía lo que se venía. Era algo que se había estado gritando toda la noche. 
Llegamos a su casa y nos despedimos. Ella se acercó y me besó rápidamente, tímida como siempre. Se dio la vuelta y abrió la reja de la casa pero yo seguía ahí. Hubo un espacio de tiempo que fueron como 5 segundos en donde en mi mente se barajaban un montón de preguntas. ¿Me voy?¿Le digo algo más?¿La beso?¿Me voy a mi casa? 
Finalmente escogí una y la respondí. Estábamos de lo mejor comiéndonos afuera de su casa, pegadas a la reja, aferradas a la reja y apretando con la mano fuertemente la reja.
Pero nada que sea tan perfectamente sensual, sexual y prohibido dura por mucho. Su mamá quizá por cuanto tiempo estuvo en el ventanal. Golpeó el vidrio y gritó: ENTRA INMEDIATAMENTE. 
Fue ahí cuando nos separamos, los garabatos afloraron y la cagá se desató. 

jueves, 18 de octubre de 2012

Malas decisiones. ♀

Sí sé, hueón. Iba a escribir algo sobre mí. Para que me conocieran y hueás. PERO NO. Me arrepentí porque prefiero que me conozcan por lo que escribo. Lo hace más interesante y entretenido. 
Hace rato que no escribía. Que no escribíamos. Tenía telarañas. Pero estamos de vuelta porque nos motivamos. Eaeaea. Un empujón era lo que faltaba porque, de mi parte, si hay que contar.


¡ADVERTENCIA!
Este no es mi mejor momento. 


"Los amores juveniles son así. Obsesivos, absolutos: a todo o nada". Eso leí en tumblr esta tarde y me puse a pensar en esa maravillosa etapa de donde salen las mejores anécdotas pero que a veces deja la cagá. Porque somos adolescentes y la cagamos. Nadie nos enseñó a no cagarla. En el colegio no nos dicen "no tire con otra persona si está comprometido". A mi no me lo dijeron. Mi mamá tampoco me dijo eso. A mi mamá le preocupa que la niñita (esa soy yo) quede embarazada. Pero no puedo quedar embarazada de una mina. Y yo digo: "despreocúpate, mamá". Pero mami no sabe nada y sigue preocupada.
Ojalá que esta entrada no afecte a nadie. Espero que no. Espero mucho. Y dice así:
Viernes. Castigada. Porque he estado castigada como desde Septiembre con pequeños períodos de libertad. Y tenía planes para ese día.
  1. Hablar con la Coni para solucionar nuestro "problema". 
  2. Ir a buscar a mi hermana al colegio porque llegaba de su paseo.
  3. Ir a Claro a que me arreglaran el celular (CLARO DE MIERDA).
  4. Encontrarme con ella, verla un rato.
  5. Carrete en la casa de x.x.

    Eso hice. Llegué al punto 4 de la To-Do List. Fue un encuentro casi casual y fortuito. Sabía perfectamente que iba a estar donde yo estaba. Hablamos. No estaba bien y ella me preguntaba que me pasaba. Yo respondía "nada". Así fue hasta que la fui a dejar al taller de poesía. Los conocía a todos. Bueno, casi todos. No conocía a su amiga de curso. Me despedí de ella deseando poder verla en la noche en la casa de la x.x.

    Punto 5.
    La llamé para saber como llegar a su casa y me dijo que me esperaría cerca de su casa porque le era complicado decir como llegar. Eso hicimos. Nos fuimos a su casa. Bonita, grande y amplia. Estábamos solas en la casa. Pero hablamos. Hablamos de conciertos, de viajes, de animales. Al rato llamó un amigo de ella que iba en camino a la casa con otra niña. 
Llegaron al rato y traían cerveza. Un pack. Las sacamos y las pusimos en el refrigerador pero dejamos 4 afuera. Había sed po'. Nos sentamos en el living y ella puso música. Continuó la charla. Llegó más gente. Llegó el Matías con su sobrina de la misma edad. Y llegó ella. Llegó con más gente. Los había saludado antes. Eran los del taller. Felicidad. 
Pero miré la hora. Para mi madre a esa hora debería haber estado saliendo de una gala de Opera. No podía estar más tiempo castigada así que la llamé. Entré a la pieza de los papás con el Mati y ella. Mentí. Le dije que había salido de la gala y que me encontré por mera casualidad al Matías y a la x.x. en el centro y que me habían invitado a su casa a una "junta piola". Me respondió con un sutil no pero que en el fondo era como un desafío: te vienes a la casa ahora o pasas un mes más castigada. Puta la hueá. Yo me quería quedar pero no quería más castigo porque eso me impedía verla a ella. 
Salimos de la pieza y yo cagá de pena miré la mesa. Me terminé la cerveza y fue ahí cuando me di cuenta que mi vaso de vodka estaba lleno. ¡DANGER! Sus caras cambiaron y me animaron para tomármelo al seco. De una. Me hice de rogar un poco y luego accedí pero no sola. Los 2 me tenían que acompañar. Y empezamos a tomar. Quedé mal. Se me corrieron los lentes de contacto y veía borroso. 
Luego de eso subí a buscar mis cosas porque debía llegar cuanto antes a mi casa. Pero cuando me di la vuelta ahí estaba. La x.x. con su coquetería. Apagamos la luz. Cuento corto. Tiramos. 
Bajé con cabeza a gachas y salí casi corriendo de ahí. Con cuea' me despedí. Con que cara la iba a mirar. Ella me acompañó a tomar el colectivo. Llegué a mi casa. Madre me esperaba despierta. Respiré hondo y fui a su pieza. Me recibió con un cordial "estás castigada". Palabra nueva. Me defendí a punta de mentiras. Pero salí ganadora. 
El día siguiente es cuento aparte. El punto es que la cagué. No es la primera vez ni la última. Alguien tenía que cagarla primero y fui yo. Y la cagué feo. Aún pido disculpas y pido deseos cada una hora y un minuto para que las cosas sean como antes. Pero queda en el deseo. Creo que ahora sí entendí lo que me dijo el médico cuando era chica y me fracturé el brazo: tu brazo volverá a juntarse y parecerá estar como antes pero nunca será así porque ya lo quebraste una vez. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

La señora dice. ♀

En la mañana pensé en escribir otra cosa pero se me fue la idea. Algún día volverá. Como todas las cosas.
El otro día estaba estudiando lenguaje. Trataba acerca de la publicidad y la propaganda y como utilizaban los estereotipos a su favor y me puse a pensar en qué pensará la vieja de la esquina acerca de la juventud de hoy en día. Qué pensará el viejo del kiosco que nos vende los cigarros, el copete.
Piensan que somos unos descontrolados, que vamos por el mal camino, un camino alejado del Señor y no se equivocan. ¿Alguien quiere creer en algo que no existe? ¿Alguien quiere ir los Domingos a un lugar en donde, probablemente, el caballero que habla en frente de la multitud piensa en el sexo, en la pedofilia y en las tetas de la primera vieja que llega a la iglesia? Conste que tolero a todas las religiones. Igual son graciosos.
No sé ustedes pero yo me imagino a la señora hablando de la juventud. Al viejo no creo que le interese. Él ve fútbol sentado en su cómodo sillón y su plasma. Ahora hasta los viejos tienen más tecnología que la lolería. Pero ellos no ven Skins. Ahí si que quedaría la cagá. Se pasarían un montón de películas. Creerían que todas las reuniones piolas son iguales a las de ellos. La primera generación con la anoréxica, el fleto bailarín, la puta, el zorrón, el amigo del zorrón que no es ni la sombra de él, el drogo 24/7 y los infaltables pernos. Para que seguir con los demás, aunque igual son la raja ellos. 
Pero la verdad es que los carretes no son así. Falta mucho para eso po'. Faltan papás más despreocupados, lugares la raja en donde carretiar, el colegio más liberal porque ni en los municipales puedes ir con poquita ropa (como la Effy) y, obviamente, gente más rica. Que sea Made in Chile pero con todo lo que un extranjero puede tener. Porque, asumámoslo, siempre los extranjeros son más ricos que los chilenos. Ellos igual tienen lo suyo. Si tan quitados de gracia no son. Pero, puta que cuesta encontrarlos po'.
En fin. Ojalá alguien de los amigos se saque un carrete bien Skins, de esos que te da miedo ir pero que una vez adentro la gozas para que así la vieja sapa pueda decir: "Sí. Mi vecino adolescente es un descontrolado."
P.d.1: En el marco del dieciocho de Septiembre, les deseamos una felices fiestas patrias. Cuídado con la chicha, los terremotos y las empanadas, pero de esas que se comen. Y si va a tomar, pase las llaves, el celular y hágalo bien lejos del papá.
P.d.2: La próxima entrada la haré un poco más personal para que cachen quien es el ser humano que les escribe. 

martes, 11 de septiembre de 2012

La vida de un bisexual. (Introducción) ♂

Hasta ahora, mi vida se ha basado sólo en esto: mi identidad sexual...
Siempre supe que mi vida no era como la de cualquier otro niño. Sabía que no tenía los mismos gustos que mis compañeros. Ellos jugaban a la pelota, mientras yo prefería hablar y reír con amigas. Hoy, a mis casi 17 años, ocurre lo mismo: ellos un sábado normal salen en busca de chicas, mientras yo prefiero ir a la casa de algún amigo/a y pasarla bien... MUY bien.
Todo comenzó cuando tenía entre 8 y 9 años. Yo solía salir todos los días a jugar con mis vecinos. En esa época, eramos hartos... 12 aproximadamente. Todos eran muy buenos conmigo, la mayoría me querían como a un hermano más... pero había alguien, el primer alguien que supo sacar mi verdadero yo. Le pondremos 'F'. 'F' tenía 3 años más que yo. Él no demostraba su afecto hacia mi, pero le gustaba estar conmigo. Un día, fue a mi casa a jugar con una pista de autos que tenía, pero a los 5 minutos se fijó en una muñeca gigante -era casi de mi porte- que estaba en la pieza de mi sobrina. Me dijo que me quería mostrar algo. Me agarró del brazo y fuimos. Empezó a besar a la muñeca. No sabía lo que hacía, así que pensé que era normal. Luego me dijo que hiciera lo mismo. Lo hice. Me dijo que lo hiciera con él. Lo hice. Hice todo lo que me dijo, pensando que era lo más normal del mundo.
Así pasó, al menos 1 vez a la semana por dos meses, hasta que un día mi mamá entra a mi pieza y nos ve en pleno acto. Ella es ese tipo de mujer que no aceptaría a un hijo gay o bisexual. Apenas nos vio, echó de mi casa a 'F', y a mi no me habló durante todo ese día. Ahí me di cuenta de que eso no era normal. Supe que no era normal que me gustase alguien de mi mismo sexo.
De ahí, hasta el año pasado -mediado de los 15-, traté de reprimir todos esos recuerdos. Trataba de cambiar, pero no podía. Pensaba que al despertar, todo sería diferente, pero no.

Hoy, aunque mucha gente lo sepa, aún no admito abiertamente mi sexualidad, pero vivo al 100% mi vida.
Comúnmente es: Carrete + alcohol + drogas + besos y sexo...

Esta es una de las miles otras historias que me tocará vivir, porque soy joven, soy bisexual y no le hago asco al sexo.

Cachar o no cachar. He ahí el dilema. ♀

El carrete en la casa de la amiga siempre tiene desde el 0,0001% de cachar hasta llegar al 99,9%. Lo único que puede ir mal es que, en medio de la calentura, te diga "no tengo condón". Te quedas con las ganas y se acaba toda la magia. Las más calientes lo hacen así no más po'. A la vida. Como antes. Pero es que antes no te empapelaban con folletos en contra el sida, el embarazo adolescente y un montón de otras hueas.
Y mientras el otro hueón sigue con la lengua metida hasta la boca del estómago, tú sigues pensando en la remota posibilidad de sí podrías quedar embarazada. Te cagai la vida po'. En vola' ya ovulaste y no estas en período fértil. Tratas de recordar cuando fue la última vez que sangraste y empiezas a sacar cuentas. Pero no. Cagaste. Y tienes dos posibilidades: abstinencia o hacerte la hueona, asumir que eres una mierda en matemáticas y que te equivocaste en sacar la cuenta.
Acto seguido. Salen de la pieza con la calentura a flor de piel y con las ganas de que para la otra sí tengan condón.