Terminamos de tomarnos el té con mi mamá y salimos a fumar al patio delantero. No le había dicho nada sobre el carrete al que más tarde iría. Para mi suerte mi amiga pasó por afuera de la casa. Habló con mi mamá y fue cosa de que un par de palabras se asomaran y que ella dijera sí. No perdí más tiempo porque se podía arrepentir y salí de la casa pero primero me asegure de que aquella dama fuera al mismo carrete. Así iba a ser y así fue.
Llegó como a la hora y como ella es tímida y yo soy pica' a tímida no hablamos mucho al comienzo. Avanzada la noche me senté a su lado y comenzamos a hablar, a tomar, a fumar. Recordaba la última vez que había estado en esa casa. Estaba volá y mi hombre patónico también lo estaba. No comimos y hueá. Recordaba otras cosas también con respecto a la situación, con respecto a ella, con respecto a sus amigos, amigas, la amiga. La amiga que también es mi amiga.
Como a las 3 la llamó su mamá. Tenía que irse a la casa y como la casa del carrete, mi casa y su casa estaban cerca la fui a dejar. Me hice el caballero y la acompañé pero en realidad era porque sabía lo que se venía. Era algo que se había estado gritando toda la noche.
Llegamos a su casa y nos despedimos. Ella se acercó y me besó rápidamente, tímida como siempre. Se dio la vuelta y abrió la reja de la casa pero yo seguía ahí. Hubo un espacio de tiempo que fueron como 5 segundos en donde en mi mente se barajaban un montón de preguntas. ¿Me voy?¿Le digo algo más?¿La beso?¿Me voy a mi casa?
Finalmente escogí una y la respondí. Estábamos de lo mejor comiéndonos afuera de su casa, pegadas a la reja, aferradas a la reja y apretando con la mano fuertemente la reja.
Pero nada que sea tan perfectamente sensual, sexual y prohibido dura por mucho. Su mamá quizá por cuanto tiempo estuvo en el ventanal. Golpeó el vidrio y gritó: ENTRA INMEDIATAMENTE.
Pero nada que sea tan perfectamente sensual, sexual y prohibido dura por mucho. Su mamá quizá por cuanto tiempo estuvo en el ventanal. Golpeó el vidrio y gritó: ENTRA INMEDIATAMENTE.
Fue ahí cuando nos separamos, los garabatos afloraron y la cagá se desató.