El carrete en la casa de la amiga siempre tiene desde el 0,0001% de cachar hasta llegar al 99,9%. Lo único que puede ir mal es que, en medio de la calentura, te diga "no tengo condón". Te quedas con las ganas y se acaba toda la magia. Las más calientes lo hacen así no más po'. A la vida. Como antes. Pero es que antes no te empapelaban con folletos en contra el sida, el embarazo adolescente y un montón de otras hueas.
Y mientras el otro hueón sigue con la lengua metida hasta la boca del estómago, tú sigues pensando en la remota posibilidad de sí podrías quedar embarazada. Te cagai la vida po'. En vola' ya ovulaste y no estas en período fértil. Tratas de recordar cuando fue la última vez que sangraste y empiezas a sacar cuentas. Pero no. Cagaste. Y tienes dos posibilidades: abstinencia o hacerte la hueona, asumir que eres una mierda en matemáticas y que te equivocaste en sacar la cuenta.
Acto seguido. Salen de la pieza con la calentura a flor de piel y con las ganas de que para la otra sí tengan condón.
Y mientras el otro hueón sigue con la lengua metida hasta la boca del estómago, tú sigues pensando en la remota posibilidad de sí podrías quedar embarazada. Te cagai la vida po'. En vola' ya ovulaste y no estas en período fértil. Tratas de recordar cuando fue la última vez que sangraste y empiezas a sacar cuentas. Pero no. Cagaste. Y tienes dos posibilidades: abstinencia o hacerte la hueona, asumir que eres una mierda en matemáticas y que te equivocaste en sacar la cuenta.
Acto seguido. Salen de la pieza con la calentura a flor de piel y con las ganas de que para la otra sí tengan condón.
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